Ayer vi una noticia que me llamó la atención. En Andalucía, más concretamente en Sevilla, hay una exposición sobre dinosaurios. Recoge el trabajo que durante 25 años han llevado a cabo un grupo de paleontólogos, en una búsqueda científica sobre la evolución de la vida en nuestro planeta.
En la exposición el visitante participa con todos los sentidos, es decir, ve especies extinguidas hace millones de años, huele un otoño eterno y palpa la tierra.
En la sala, el Casino de Sevilla, se han incorporado unos grandes cajones de arena donde los niños podrán realizar sus excavaciones y buscar huesos de dinosaurios, ¡qué divertido!
La mayoría de los esqueletos han sido encontrados en Estados Unidos, Canadá, países de la antigua Unión Soviética y España.
Los visitantes podrán ver 20 esqueletos de tamaño real, así como las diferentes especies que existían. Un meteorito con dimensiones de un balón de fútbol que pesa 40 kilos e incluso un huevo en el que se descubre el feto de un dinosaurio que de mayor media 16 metros y pesaba 13.000 kilos.
Pero lo que más me ha llamado la atención es que científicos rusos y japoneses lleven 10 años intentando clonar un mamut. Como siempre el ser humano jugando a ser dios. Esto podrá alterar el medio ambiente. Sí, sí, ya sé, más alterado que está ya es difícil, pero al final ocurrirá lo que las películas nos cuentan. Especies extinguidas conviviendo con las existentes. No sé, no sé... Lo que me parece es que nos esforzamos en recuperar especies ya extinguidas y dejamos morir y desaparecer especies de hoy ¿por qué? ¿por qué no conservar las que tenemos y dejar que la naturaleza siga su curso? ¿por qué malgastar tiempo y dinero?
Una cosa es investigar sobre lo ocurrido en el pasado y otro volver a él. ¿Os imagináis ir al zoo a ver un mamut? ¡Qué miedo!
