viernes, 1 de julio de 2011

¿BOICOT?

El pasado 14 de mayo fue detenido el que era por ese entonces el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn. Siendo acusado de abusos sexuales por una camarera del hotel en el que se encontraba en Estados Unidos. 

Estas acusaciones resultaron bastante sospechosas. Primero porque las declaraciones de la "víctima" no se sostenían. Segundo, era el candidato más fuerte para derrotar a Sarkozy en las elecciones. Tercero, el ex director gerente del FMI apoyaba el rescate a Grecia desde el principio. Demasiados puntos para resultar muy molesto, no solo a Sarkozy, si no también, al resto de Europa, Alemania.

Strauss-Kahn fue víctima de un boicot. Siempre lo sospeché. Hoy día ya no es una sospecha, es un hecho. La fiscalía ha declarado que la agresión sexual está a punto de venirse abajo debido a nuevas informaciones que hacen que la credibilidad de la "víctima" sea cada vez más débil.

Sarkozy y Merkel consiguieron lo que buscaban, derrotar a una amenaza. Al primero, le estaba quitando popularidad y votos para las elecciones, además de querer rescatar a Grecia. A Merkel lo que le molestaba era esto último.

La detención de Strauss-Kahn fue desmesurada. Antes de saber si realmente era o no culpable los medios de comunicación y la clase política ya lo habían condenado. Y de esto se trataba, hacer el mayor ruido posible, que la imagen del ex director gerente de FMI se viera ensuciada de la forma más rápida posible y que no tuviera vuelta atrás.

Dominique Strauss-Kahn era una figura muy particular dentro de la política. A lo largo de su carrera ha sido denunciado, acusado por muchas mujeres por su afición al sexo y al género femenino. Esto no es nuevo. Por lo que este último caso no resultaría chocante si no se hubiese dado en el momento en que se dio y si no hubiera tanto en juego.

Sarkozy y Merkel consiguieron su cometido, quitarse de en  medio el obstáculo que les impedía hacer de Europa lo que están haciendo. Impedir los rescates de los países de la Unión imponiendo sus reglas.
Estas reglas se basan en que los países que se encuentran en bancarrota apliquen un plan de ajuste. Privatizaciones, recortes en los salarios a funcionarios, recortes en las pensiones, subida de impuestos, partidas suspendidas (Fondo solidario...), reducción del empleo público, entre otras cosas.

Francia y Alemania han presionado a los países de la Unión Europea hasta que han cedido a sus peticiones. Si querían ser rescatados tendrían que aceptar el plan de ajuste que se les decía. Aunque esto conllevara a un descenso en los derechos de los ciudadanos y un malestar generalizado. Ya que estos planes consiguen que el pueblo esté cada vez más ahogado en sus deudas y no tengan derecho a exigir nada.

Parece que les va bien. Son los dueños y señores de Europa. Es difícil creer que dos países de veintisiete tengan el poder absoluto sobre el resto.

Todo este tema de chanchullos, manipulaciones, falsas acusaciones demuestran la clase de políticos que nos gobierna. Sarkozy y Merkel han hecho lo imposible por ser los líderes de Europa. Después decimos que Berlusconi es un mafioso, al menos sabemos de que pie cojea. Pero estos dos personajes son igual o más peligrosos, y lo peor es que no se les ve venir hasta que no te das de bruces con ellos.

Antes de ayer se nombró al nuevo director gerente del FMI. Es una mujer, Christine Lagarde. Ministra de Finanzas de Francia, uy! qué casualidad! francesa y del gobierno Sarkozy.



2 comentarios:

  1. Vaya que sí. Huele muy mal todo este asunto. El problema no lo tiene Strauss-Kahn, sino los ciudadanos europeos dirigidos por patanes manipuladores, que saltan de chanchullo en chanchullo.En realidad, ¿qué mas da? ¡Que se destrocen entre ellos! Da lo mismo uno que otro. Ellos están arriba y nosotros abajo.

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  2. Así es y así será, toda la vida. Pero creo que debemos ser conscientes y frenar esto. Darnos cuenta de todos los chanchullos y tramas para alcanzar el poder. Ellos estarán siempre arriba y nosotros abajo, pero que vean que no somos tan tontos, aunque papeletas tenemos, y que sabemos lo que se cuece.

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